Presentación del proyecto

Un equipo sanitario, formado por personal del CHUAC, centros de salud de primaria y especializada de A Coruña, Complexo Hospitalario Xeral – Calde de Lugo y Arquitecto Marside de Ferrol, proporciona asistencia sanitaria especializada quirúrgica, de consulta y formativa en los municipios de Murra, Quilalí , Wiwilí y Ocotal, en el departamento de Nueva Segovia (Nicaragua). Tres mil personas se ven beneficiadas por este proyecto sanitario de cooperación internacional con una década de experiencia.

Agareso y Solidaridade Galega visibilizan en este Diario de A Bordo la promoción de calidad sanitaria en este país centroaméricano.


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viernes, 5 de noviembre de 2010

Caries en la educación


Loreto Costa, (Murra, Nicaragua).- A las ocho de la tarde del miércoles se fue la luz. A la mañana siguiente aún no había vuelto. “Tiene que llegar un técnico de Unión Fenosa desde Ocotal para arreglarlo. Ya está avisado”, nos dice una enfermera. 

A Fina y Minuca ese contratiempo no les impedía pasar consulta de oftalmología. Pero Pilar no podía hacer ecografías y Marta tendría que limitarse a realizar extracciones. Alternativa, adelantar la visita al colegio para educar a los niños sobre higiene bucal.

Clase por clase, decoradas con símbolos patrios, la odontóloga lucense les pregunta a los escolares si tienen cepillo, si se lavan los dientes, si toman fruta… y les aconseja “hay que lavarse los dientes tres veces al día, de arriba abajo, también la lengua y las muelitas”.  Esa última palabra desencadenó una gran carcajada de los pequeños, mientras jugaban con los cepillos que les habían regalado Marta y Puri.

Obedientes pero sin parar de bromear entre ellos, los niños formaron una fila para que la auxiliar de enfermería de Cambre les aplicara fluor en unas cubetas dentales que debían apretar con los dientes. La luguesa controlaba el tiempo que debían llevarlo puesto y les mandaba retirarlo.

En el patio de tierra se acerca a saludarnos Arlin. El día anterior estuvo en la consulta de oftalmología. Una gran sonrisa le ilumina los ojos, enmarcados en sus nuevas gafas. Tiene 10 años y cursa quinto grado. Nos cuenta que las clases empiezan a las siete de la mañana y finalizan a las 12 del mediodía.

El centro escolar Lastenia Castro de Barahona tiene 187 alumnos de entre 3 y 14 años. “La educación es obligatoria hasta los 18 años, aunque hay muchas deserciones al finalizar primaria por problemas económicos.

Deben trabajar para ayudar a sus familias”, nos comenta la subdirectora del colegio, Ruth María Celedón. “Sin embargo, los interesados en continuar sus estudios pueden hacerlo a través de distintos programas educativos establecidos en horarios especiales para que puedan acudir, como los sábados”. El sueldo base de una profesora es de 3.500 córdobas (116 euros), con antigüedad asciende a 4.000 córdobas ( 132 euros).

Ruth María afirma que apenas existe absentismo escolar en primaria. “La asistencia ronda el 90%” dice orgullosa, “solo faltan cuando están enfermos”. 

Sin embargo, al hablar con algunos niños, nos damos cuenta que no es del todo cierto. Nuria tiene 11 años y hoy no ha ido a la escuela porque tenía que hacer mandados. Tuvo que ir a buscar los ingredientes para rellenar los enchilados que prepara su madre para vender.

“Me gusta mucho aprender. Hoy estamos haciendo multiplicaciones”, dice muy redicha Nayelis Joamariz, de 9 años. Sentada en su pupitre con una gran sonrisa añade “Me bañé de mañanita, me lavé los dientes y vine”. Al preguntarle si va a clase todos los días contesta “bueno, a veces llego tarde porque me levanto tarde, algunos días tengo que hacer mandados…”.


Buscamos a Mónica, la coordinadora de la brigada médica, para volver al centro de salud. La encontramos sentada fuera, apuntando los datos de la actividad escolar. Está rodeada de preciosas niñas vestidas con uniforme que cantan y tocan palmas. Nunca olvidaremos esa imagen de alegría.

jueves, 4 de noviembre de 2010

De boca en boca


Loreto Costa, (Murra, Nicaragua).- Judith Sirias es la única dentista de Murra. Además de trabajar en el centro de salud tiene que desplazarse a las comunidades, equivalente a las aldeas gallegas más remotas de hace 50 años.

Dado que tiene que atender a una población de más de 16.000 personas solo puede dedicarse a las extracciones. Es un problema de tiempo, pero también de dinero ya que el material necesario para realizar empastes es muy caro y los medios prácticamente inexistentes.

Comenta que puede realizar hasta 50 extracciones en un día y cuando la jornada laboral se alarga en una comunidad tiene que quedarse a dormir allí por falta de medios de transporte o por la larga duración del trayecto. Su salario es de 9.000 córdobas (menos de 400 euros) y los gastos de desplazamiento y manutención corren por su cuenta.

Fotografía: Eduardo Castro
Judith explica que la mayoría de la población se pone “coronas” en los dientes por estética, pero también para taparse las caries. Son de metal y colocadas con cemento por un mecánico dental. Recuerda a los dientes de oro tan habituales hace algunos años en España.

Meilin Lago tiene 8 años y viene desde San Francisco caminando con su madre. Han tardado dos horas. Dice que su madre nunca ha ido al dentista. Con solo 26 años ya tiene dentadura postiza.

Ante la “avalancha” de pacientes que quieren aprovechar la visita de la brigada médica española para ser tratados, Judith ayuda a Marta, odontóloga y a Puri, auxiliar de enfermería. Mientras la luguesa empasta, la nicaragüense extrae.

Realizar ese trabajo conjunto no ha sido fácil. Fue necesario tirar de imaginación para conseguir que el instrumental del sillón funcionase. Botellas de agua vacías, cinta aislante, la colaboración de una chiquilla que mantuviera pulsado un botón o metros y metros de cable tirados son algunos de los recursos empleados para realizar las revisiones y los empastes.

Ir al dentista no es agradable para muchas personas en España, pero aquí están encantados de poder acudir a uno.