Eduardo Castro |
La pesca es la principal fuente de ingresos de esta región. Los miskitos de la RAAN han capturado desde siempre pescado y marisco por distintos procedimientos, como la construcción de nasas o el buceo en apnea. Sin embargo, desde mediados del siglo XX, se introdujo el buceo con aire comprimido como uno de los métodos más habituales de pesca, especialmente para la captura de langosta.
Para este tipo de buceo se requiere un equipo complejo: un tanque de aire comprimido, un regulador y compresores, donde se rellenan los tanques con aire a presión. Se exige también una formación técnica especializada, lo que hace que esta actividad esté sujeta a una rigurosa normativa legal por todo el mundo que no siempre se cumple. Desde hace 25 años, se han desarrollado medios para poder trabajar bajo el agua conociendo las limitaciones del cuerpo humano y para saber adaptarlas a las condiciones subacuáticas.
Por este motivo, la situación de la RAAN en materia de buceo por descompresión es una auténtica tragedia. Miles de personas practican el marisqueo en inmersión con aire comprimido sin ningún tipo de formación, acreditación, protección sanitaria ni garantías técnicas. Además, los equipos con los que cuentan son inadecuados. Como consecuencia de ello, los accidentes y enfermedades derivados de este tipo de buceo son frecuentes e incalculables.
Eduardo Castro |
Solidariedade Galega, alertada por la ONG nicaragüense FUNDEMUNI-ILLS y en colaboración con la Universidad de URACCAN, el MINSA (Ministerio de Salud) y diversas asociaciones de buzos locales ha puesto en marcha una campaña de apoyo y sensibilización enfocada a paliar, dentro de sus posibilidades, esta tragedia que en los últimos 35 años se ha cobrado la vida de más de 100 personas y que ha dejado más de 150 lesionados medulares, la mayoría de ellos postrados en sus camas o en una silla de ruedas para el resto de sus vidas.
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